Un Coach no hace de todo.
Coach y sus compañeros de Viaje.
Volver a la esencia.
Es importante señalar que, en prácticamente ningún país del mundo, el coaching es reconocido oficialmente como una profesión. Esto nos desafía a buscar un espacio de diferenciación, a menudo forzando algunos conceptos. Así vemos combinaciones como coaching y arte, coaching y música, coaching y fotografía, neuro coaching, coaching y liderazgo, entre otros. Justamente hoy, después de terminar de escribir estas líneas, me llego una invitación a una certificación en coaching de duelo de mascotas. Este fenómeno, aunque interesante, puede, sin intención, perjudicar la esencia del coaching.
A través de este texto busco invitarte a un proceso reflexivo. Con más de 20 años en la industria, poseo credenciales como MCC por ICF, MCOA por FICOP y ACCOP, EIA por senior practitioner de EMCC, y certificaciones como mentor profesional y supervisor de coachees por ICF y EMCC. No menciono esto para alardear, sino para demostrar mi compromiso con la profesión desde dentro.
Me pregunto si líderes reconocidos como Rafael Echeverría o Julio Olalla participarían en estas mezclas extrañas que antes mencione como: “coaching y – x”. Desde mi experiencia, ellos se apegan a los fundamentos de la Ontología.
- Mi sugerencia es que no dejes de tener un coach.
A diario me encuentro con colegas que, tras completar programas de formación en instituciones reconocidas (creo firmemente que ningún programa asincrónico de menos de seis meses debe considerarse serio), cometen errores básicos. Esto se debe, en parte, a que olvidamos explicar a nuestros estudiantes que los aprendizajes y metodologías empleadas durante su formación están diseñados específicamente para entrenarlos como futuros coaches, y no siempre representan la práctica del coaching en si.
A veces, confundimos nuestro campo con procesos terapéuticos, lo que puede generar reticencias entre los profesionales de la psicología, dada nuestra incesante búsqueda de los inicios u origen del quiebre declarado.
Cada dos años, busca un mentor/coach que pueda acompañarte a examinar ciertos procesos y distinciones que puedan haber quedado en el olvido.
Sobre todo, ten un supervisor (acreditado y con experiencia) con quien conversar al menos tres veces al año. Estas prácticas te ayudarán a reflexionar sobre las distinciones básicas, que son el núcleo del poder del coaching.
- Es importante volver constantemente a remirar los conceptos básicos.
Consideremos, por ejemplo, la importancia de la escucha, los estados de ánimo, y la profundización en el modelo del observador, sin perder de vista que nuestro enfoque siempre debe estar en los resultados que desea alcanzar el coachee.
En ocasiones, el aprendizaje de segundo orden es simplemente habitar el aprendizaje de primer orden. Este cambio por si mismo puede ser muy significativo para un coachee.
Si nos centramos en lo básico, por ejemplo, en la distinción entre fenómeno y explicación, podríamos descubrir que la magia de la reconstrucción lingüística reside precisamente en esa intersección de explicación (lenguaje) y capacidad de acción (cuerpo en movimiento).
Reitero, mi intención no es imponer una verdad, menos mi verdad, sino invitar a los miembros de esta asociación a honrar nuestra disciplina y mantener el enfoque en las distinciones más simples, abordando con cuidado y respeto los procesos de quienes acompañamos.
Como miembro de esta asociación, te invito a esforzarte por el cuidado del coaching ontológico asegurando una práctica impecable en el manejo de las distinciones. También te animo a trabajar en tu acreditación para diferenciarte y ser reconocido como un coach de nivel. Juntos podemos proteger esta disciplina de quienes la ven meramente como un negocio.
Sergio Auad Pemjean
Máster Coach Ontológico FICOP N°1020