Sexo y Longevidad

Sexo y Longevidad

Todo alrededor nuestro desborda sexualidad. Las plantas, los insectos, las aves, los peces, todo! El impulso sexual, el imperativo biológico que domina la pulsión de vida en el Reino Animal, tiene por objeto la transmisión de genes. Desde el punto de vista evolutivo, el sexo es más importante que la vida misma. El deleite de los amantes, dicen las escrituras tántricas, acerca a los practicantes a la experiencia divina misma. Dos buenas noticias trae este blog. La primera, que la vida humana (la tuya) puede ser conservada hasta los 120 años; y la segunda, que la calidad de esta vida (lucidez mental, destreza física, vigor sexual) puede ser conservada por medio de la BioRegeneración hasta edades asombrosamente avanzadas.

Por Ernesto Prieto Gratacós

Coach e Investigador con más de 30 años de experiencia

En este contexto, uno de los más importantes aspectos técnicos y filosóficos de la longevidad y el rejuvenecimiento es el sexo. Por extraño que parezca, los profundos conocimientos que tiene la cultura del Oriente a este respecto han sido completamente ignorados por los científicos occidentales. En la cultura occidental, la energía sexual se derrocha despreocupadamente como si fuera un recurso renovable, cuando en realidad es un recurso finito.

Nuestro cuerpo posee unas 100.000.000.000.000 de células somáticas (del griego soma: cuerpo), las cuales inevitablemente envejecen y mueren. Sin embargo, un pequeño número de nuestras células tiene un destino diferente. Denominados "gametos", los óvulos y los espermatozoides, difieren radicalmente de las células somáticas, en que continenen solo 23 cromosomas, la mitad que las células comunes. En los organismos que se reproducen sexualmente existe una especie de continuidad celular, que se ha dado en llamar línea germinal, que nos conecta con nuestras generaciones ancestrales. Cuando se unen las células germinales del macho y la hembra se produce un nuevo comienzo. En lo que a la edad respecta, toda vez que se crea un nuevo ser, las dos células germinales que lo conforman parecen comenzar de cero. ¿Acaso no envejecen estas células? Aparentemente, no. Las células germinales que tú posees en tus gónadas provienen de las de tus progenitores, que a su vez las heredaron de tus abuelos, y estos de tus bisabuelos, y así… hasta el primer ser humano.

NOTA: Este es un fragmento del BLOG de Ernesto Prieto Gratacós “SEXO Y LONGEVIDAD”. Puedes encontrar el artículo completo en la siguiente dirección: https://www.ernestoprietogratacos.com/post/sexo-y-longevidad